La Estimulación transcraneal por Corriente Directa, del inglés transcranial Direct Current Stimulation (tDCS), es una técnica de estimulación cerebral, no invasiva, que no requiere de cirugía, indolora y segura.

Esta técnica, introducida en la práctica clínica a principios del siglo XXI, se ha mostrado eficaz a lo largo de cientos de publicaciones científicas y revisiones sistemáticas, para el tratamiento de la depresión, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno por consumo de sustancias, la adicción a conductas como el juego patológico, o el dolor neuropático.

La tDCS implica el uso de una corriente continua de baja intensidad, casi imperceptible, de entre 1 y 4 miliamperios (mA), en áreas específicas del cerebro, a través de electrodos situados sobre el cuero cabelludo.

La estimulación es utilizada para aumentar la actividad neuronal en el área objetivo. En el caso de la depresión, por ejemplo, la tDCS aumenta la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral (CPFdl) izquierda, una región cerebral que, gracias a los estudios de neuroimagen, sabemos que se encuentra hipoactivada eléctricamente en pacientes diagnosticados con depresión mayor o depresión farmacorresistente.

Aplicada de acuerdo con los protocolos de seguridad establecidos y bajo la supervisión de un profesional sanitario, la tDCS no produce ningún tipo de efecto secundario grave. Cualquier efecto adverso, de tipología leve, parece estar limitado a hormigueo, picazón o enrojecimiento temporal en el lugar donde se colocan los electrodos y se aplica la estimulación.

En la Unión Europea, y en España, algunos dispositivos de tDCS están aprobados mediante el marcado CE (que proviene del francés y significa «Conformité Européenne»). Además, una reciente revisión sistemática del 2020 encontró   evidencia de nivel A (definitiva) para el tratamiento de la depresión, mediante tDCS.

Es muy importante no confundir la tDCS con la terapia electroconvulsiva (ECT), dado que se trata de procedimientos diferentes. Al contrario que la tDCS, la ECT requiere de la sedación, de la aplicación de una corriente alterna ultrarrápida, hasta 500 veces superior a la utilizada por la tDCS, con el objetivo de provocar convulsiones en todo el cerebro, que pueden provocar efectos adversos no deseados como la amnesia.

Aunque la tDCS puede utilizarse como tratamiento único, en función de la patología a tratar y la gravedad de la misma (leve, moderada o grave), es muy aconsejable aplicarla de manera sinérgica a la vez que otros tratamientos, como el farmacológico o el psicológico. Las sesiones de tDCS duran alrededor de 30 minutos, a lo largo de protocolos personalizados de estimulación diaria (lunes a viernes) que abarcan unas 4 semanas. Una gran mayoría de pacientes, al finalizar su tratamiento personalizado, sienten un alivio de sus síntomas y una mejora de su calidad de vida.

Te invito a contactar con Javier Vázquez, Psicólogo General Sanitario, Candidato a Doctor en Neurociencia Clínica y CEO de NiBSi (688 785 715 – jcv.phd@gmail.com), si necesitas más información con relación al tratamiento mediante tDCS.